El enfrentamiento entre Espanyol y Real Madrid ya había generado expectativas por el contraste de fuerzas y el estado de forma de ambos equipos, pero nadie esperaba que las secuelas del partido fueran tan incendiarias. El Real Madrid se impuso en el marcador, pero la narrativa posterior giró menos en torno al fútbol y más alrededor de las palabras encendidas del capitán del Espanyol, Javi Puado, que no dudó en acusar frontalmente al conjunto blanco de haber manipulado el desarrollo del encuentro.

“Esto no es deporte limpio, esto es una burla”, habría dicho Puado en la zona mixta, visiblemente afectado por la derrota y por varias decisiones arbitrales que, según él, inclinaron la balanza a favor de los merengues. Sus declaraciones fueron todavía más allá cuando tildó al Real Madrid de “CLUB MÁS ODIADO DEL MUNDO”, asegurando que gran parte de su éxito se basa en influencias extradeportivas y no únicamente en el talento sobre el césped.

El impacto de sus palabras fue inmediato. En cuestión de minutos, las redes sociales se llenaron de reacciones divididas. Una parte de la afición del Espanyol lo defendió, resaltando la frustración de ver a su equipo caer una vez más ante un gigante del fútbol español en circunstancias polémicas. Sin embargo, la mayoría de la opinión pública, incluidos periodistas y exjugadores, coincidieron en que el capitán perico había cruzado una línea peligrosa con acusaciones tan graves sin pruebas concretas.

El Real Madrid, lejos de ignorar las declaraciones, reaccionó con contundencia a través de uno de sus protagonistas más mediáticos: Vinícius Jr. El brasileño, que había tenido un papel destacado en el encuentro, no tardó en responder con dureza. “Hablar así del Real Madrid es una falta de respeto. Si alguien no sabe perder, que no intente manchar la historia del club más grande del mundo”, declaró Vinícius con visible indignación. Sus palabras resonaron fuerte, amplificando aún más la polémica y situando a Puado en el centro de una tormenta mediática de proporciones considerables.

El debate se extendió rápidamente a los programas de tertulia deportiva, donde se analizó cada frase de Puado y cada gesto de Vinícius. Algunos opinaban que las declaraciones del capitán del Espanyol eran fruto del calentón del momento y deberían interpretarse como una reacción emocional tras una derrota dolorosa. Otros, en cambio, insistieron en que el fútbol profesional no puede permitirse acusaciones de manipulación y sobornos sin evidencias, ya que se pone en entredicho la integridad del deporte.

La directiva del Espanyol, al ver la magnitud de la controversia, se vio obligada a intervenir. Según informaciones de la prensa local, el club habría instado a Puado a rectificar o, al menos, a matizar sus palabras para evitar sanciones disciplinarias de la Liga o de la Federación. Hasta el momento, el jugador ha optado por el silencio, lo que muchos interpretan como un reconocimiento tácito de que sus palabras fueron excesivas.

Por su parte, el Real Madrid ha dejado en manos de sus abogados la decisión de emprender acciones legales por difamación. Aunque aún no hay confirmación oficial, varias fuentes aseguran que Florentino Pérez, presidente del club blanco, considera inaceptables las acusaciones vertidas por Puado y no descarta llevar el asunto a los tribunales para defender la imagen de la institución.

En definitiva, lo que comenzó como un partido de Liga se ha transformado en un escándalo internacional que ha sacudido al mundo del fútbol. La denuncia explosiva de Puado, su posterior silencio y la enérgica respuesta de Vinícius Jr. han creado un ambiente de máxima tensión. El futuro inmediato del capitán del Espanyol está en entredicho, mientras que el Real Madrid, acostumbrado a ser el centro de la polémica, vuelve a demostrar que cada una de sus victorias genera tanto admiración como odio en igual medida.